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Nuestro proyecto “La Bodega del Mar” surge de una pasión compartida por el mundo del vino, un proyecto que florece cuando seguimos nuestras pasiones y nos entregamos al amor, descubriendo experiencias mágicas a lo largo de nuestro camino. Ofrecemos vino con crianza submarina. La bodega submarina se encuentra en el Mar Mediterraneo, a 27 metros de profundidad. Allí reposan nuestros vinos en el fondo marino, beneficiándose de condiciones extraordinarias: la presión del agua, la temperatura constante, la ausencia de luz solar y las suaves micro-vibraciones de las corrientes marinas colaboran para acelerar su evolución de 3 a 4 veces más rápido que en tierra. Este entorno marino único contribuye a la creación de vinos más complejos, redondos y potencia sus sabores y aromas.
La evolución del vino se manifiesta en el ribete, el borde que adquiere tonalidades más anaranjadas que aparece al inclinar la copa, indicando su madurez. Al explorar los aromas en nariz, se revela una mayor intensidad de fruta del bosque, y al degustarlo, se aprecia una presencia más marcada de sabores minerales y salinos. Además, los taninos se integran más rápido, contribuyendo a que el vino se perciba más redondo y suave en boca. Las botellas están meticulosamente selladas con dos capas de lacre, garantizando la total impermeabilidad a la influencia del agua marina. Asegurando que experimentemos exclusivamente su evolución natural.
La historia de nuestro vino comienza en un paisaje singular de duras montañas, donde antiguos olivos se entrelazan con viñedos centenarios en terrazas de pizarra. Cada racimo es un testimonio aromático del alma de este lugar tan especial. Pero nuestra narrativa no se detiene ahí; sumergimos nuestro vino en las profundidades del mar, donde la presión del agua, la temperatura constante, la falta de luz solar y las corrientes marinas contribuyen a una evolución única de aromas y sabores. En resumen, La Bodega del Mar es más que un productor de vinos; es la fusión de pasión, amor y respeto por la naturaleza.
Se ha hecho realidad un sueño. Nos hace felices poder compartir nuestra pasión con quienes comparten el amor por el vino. Es una conexión especial, donde las conversaciones fluyen con la misma riqueza y complejidad que los vinos que disfrutamos juntos. Trabajar en este entorno no solo implica cumplir con tareas laborales, sino también sumergirse en una comunidad de amantes del vino, donde se comparten conocimientos, experiencias y un aprecio común por los matices y las historias que cada botella tiene para ofrecer. Esta conexión con otras personas apasionadas por el vino añade un matiz humano y social que hace que cada día en el proyecto sea verdaderamente enriquecedor y hermoso.
La capacidad de sentir una conexión personal y una profunda pasión por el proyecto es fundamental. Cuando estamos emocionalmente comprometidos, la dedicación y la perseverancia se vuelven impulsadas por el entusiasmo. También es importante la disposición para aprender y crecer. La curiosidad y la voluntad de adaptarse a nuevas ideas y perspectivas enriquecen la experiencia y contribuyen al desarrollo constante.
La demanda creciente de prácticas sostenibles y eco impone desafíos para reducir el impacto ambiental, desde la gestión de residuos hasta la procedencia de ingredientes. Escasez de Personal: La falta de personal calificado es un problema recurrente en la hostelería, afectando la calidad del servicio y la capacidad para satisfacer la demanda.
Atreverse a superar el miedo nos ha llevado a explorar nuevas ideas. En lugar de ver el miedo como un impedimento, hemos aprendido a utilizarlo como un motivador para buscar soluciones creativas y tomar medidas decisivas. El miedo, aunque natural en la creación de un negocio, no debe ser un freno; más bien, puede ser un impulso para alcanzar metas más altas. La valentía de enfrentar lo desconocido, de aprender de los errores y de seguir adelante incluso cuando las cosas parecen inciertas, ha sido la clave para superar los desafíos y construir un negocio exitoso. Esta lección nos ha enseñado que, al atreverse a desafiar el miedo, se abre un mundo de posibilidades y se fomenta un crecimiento personal y empresarial significativo.
Estas son, sin duda, las copas de vino. Cada una, con su forma y tamaño específicos, desempeña un papel crucial en realzar la experiencia de disfrutar del vino. Son mucho más que simples recipientes; son instrumentos que potencian los matices, aromas y sabores de cada vino, convirtiendo cada degustación en una experiencia sensorial única.